El triunfo del espíritu

El triunfo del espíritu
Jura de la Constitución de Cádiz

domingo, 26 de abril de 2015

Argumento de En la ardiente oscuridad de Buero Vallejo

Argumento de En la ardiente oscuridad de Buero Vallejo. Aquí el video

Autorretrato de Buero Vallejo en la cárcel
En la ardiente oscuridad representa el crudo enfrentamiento con una realidad que no puede escamotearse ni disfrazarse. A través de la tara física de la ceguera, Buero simboliza las limitaciones humanas. Así, es símbolo de la imperfección, de la carencia de libertad para comprender el misterio de nuestro ser y de nuestro destino en el mundo. El hombre no es libre porque no puede conocer el misterio que le rodea. En el primer acto se nos plantea la situación de incorporación de un estudiante al centro de ciegos. El estudiante nuevo de llama Ignacio, el cual no se comporta como los demás “invidentes” del centro quienes tienen una “moral de acero” que es la que les ha enseñado el director del centro, Don Pablo, también ciego. La necesidad de integración del chico es tomada como responsabilidad por el que parece el líder del grupo, Carlos.
En el segundo acto, lo que se esperaba que fuera la incorporación rápida de Ignacio no se consigue. La acción es el enfrentamiento entre Carlos y Ignacio. Ignacio adopta una posición pasiva que va ganando adeptos como Juana, novia de Carlos. Ignacio no actúa ante la moral de hierro. Carlos, en cambio, toma la iniciativa y actúa para convencer y anular a Ignacio.
Miguel Hernández por Buero Vallejo
En el tercer acto, el enfrentamiento se hace imposible para Carlos y decide asesinar a Ignacio en el campo de deportes del centro, una noche después de su último enfrentamiento. Doña Pepita, mujer de Don Pablo, lo ve todo desde la cristalera del salón donde minutos antes estaban los tres. Doña Pepita no dice nada por el bien del centro y también tal vez porque estaba enamorada de Carlos como uno de los estudiantes dice en la obra. Se cree que Ignacio resbaló por el tobogán. Muerto Ignacio todos los que le apoyaban dejan de hacerlo y se compadecen ante el cadáver ya que “no estaba hecho para la vida.” Sin embargo, cuando todos se han retirado, doña Pepita increpa a Carlos su acción y este no deja de negarla aún sabiendo que Pepita lo ha visto todo. Pepita se retira diciendo a Carlos “que el no ha vencido” y en efecto eso es lo que podemos observar: Carlos, “en la suprema amargura de su soledad irremediable”, dice: “… y ahora están brillando las estrellas con todo su esplendor, y los videntes gozan de su presencia maravillosa. Esos mundos lejanísimos están ahí tras los cristales… ¡al alcance de nuestra vista!…, si la tuviéramos…”
Doña Pepita es la única que puede ver en ese mundo de ciegos. Carlos e Ignacio están ambos enfrentados, Carlos defendiendo la política del centro en que estudia. Sin embargo, Carlos y doña Pepita también son oponentes; Carlos no puede soportar la compasión de doña Pepita, de la misma manera que Ignacio la podía soportar. El asesinato de Ignacio parece que decir que Carlos ha vencido; sin embargo, el monólogo de Carlos demuestra lo contrario. Carlos ya no tiene paz interior y revive los sentimientos de Ignacio, de tal manera que Carlos no vence; es como si en él está Ignacio. El final está abierto. Exige una interpretación y lectura del espectador, tal y como manda este tipo de teatro.

Biografía
Antonio Buero Vallejo. (Guadalajara, 29 de septiembre de 1916 - Madrid, 29 de abril de 2000). Dramaturgo y pintor español.
Desde su infancia se interesa por la literatura, sobre todo por el teatro. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, acusado de "adhesión a la rebelión", permanece en prisión desde 1939 hasta 1946. Allí coincide con Miguel Hernández y entablan una fuerte amistad. Al ser puesto en libertad comienza a colaborar en diversas revistas como dibujante y escritor de pequeñas piezas de teatro.
Su debut se produce en 1949 con la publicación de Historia de una escalera, obra galardonada con el Premio Lope de Vega y que tuvo un gran éxito de público en el Teatro Español de Madrid. Durante la decada de los cincuenta escribe y estrena, en España y en el extranjero, obras tan significativas en su trayectoria literaria como La tejedora de sueñosLa señal que se esperaCasi un cuento de hadasMadrugadaHoy es fiesta Un soñador para un pueblo. A pesar de varios problemas con la censura vigente, en la década siguiente estrena títulos como El concierto de San OvidioAventura en lo grisEl tragaluz -que se mantiene en cartel durante casi nueve meses- o Las Meninas, cuyo estreno en 1960 obtiene un éxito sin precedentes. Además, prepara versiones de Shakespeare -Hamlet, príncipe de Dinamarca- y Bertolt Brecht -Madre Coraje y sus hijos.
Posteriormente realiza un ciclo de conferencias en varias universidades estadounidenses. En 1971 ingresa en en la Real Academia Española, y más tarde es nombrado socio de honor del Círculo de Bellas Artes y del Ateneo de Madrid. Asimismo, pertenece a diversas academias, comités y sociedades de América, Portugal, Alemania y Francia. Durante los primeros años de democracia en España no cesa de estrenar obras: Jueces en la nocheCaimán Diálogo secreto o su versión de El pato silvestre, de Henrik Ibsen, en 1982. En 1986 recibe del Premio Miguel de Cervantes por toda su trayectoria literaria. Compagina su éxito en el campo de la literatura con su otra gran pasión, la pintura. En 1993 publica Libro de estampas, donde se recogen pinturas acompañadas de textos inéditos del autor. En 1997 ve la luz su última obra,Misión al pueblo desierto, estrenada en Madrid dos años después. En 1998 es nombrado presidente de honor de la Fundación Fomento del Teatro.