El triunfo del espíritu

El triunfo del espíritu
Jura de la Constitución de Cádiz

lunes, 30 de enero de 2017

Comentario de "He andado muchos caminos"


HE ANDADO MUCHOS CAMINOS
He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra
El tema: Después de años de experiencia, en todas partes hay dos tipos de personas: los malos (borrachos siniestros y pedantones) y los buenos (la gente sencilla, buena  y trabajadora)
Estructura externa: se trata de un romance donde riman los versos pares de manera asonante con la siguiente rima: e-, -a.
La estructura  interna obedece a la división de los malos (borrachos y pedantones) en los primeros 14 versos y los buenos desde allí hasta el final
Figuras literarias:
     Hemos observado numerosos recursos estilísticos. El paralelismo sintáctico en los tres primeros versos ("he andado muchos caminos/ he abierto muchas veredas/ he navegado cien mares") que junto con el uso del pretérito perfecto del indicativo nos sitúa en el tiempo en el viaje de su propia vida. Metáforas: veredas, caminos, mares. Las hipérboles como "he navegado cien mares" o " y atracado en cien riberas". La metáfora presente en la segunda parte del poema " En todas partes he visto / caravanas de tristeza.". Antonio Machado hace referencia a la muerte mediante un eufemismo que lo podemos encontrar en el último verso del poema, que sería -descansan-, descansar. Otro recurso son las antítesis "mala gente(...)" frente a  " buenas gentes (...)", y anáforas mediante la repetición de -he- "He andado muchos caminos / He abierto muchas veredas", la repetición de -donde- "Donde hay vino, beben vino / donde no hay vino, agua fresca" y también la repetición anafórica de -que- "que miran, callan y piensan/ que saben porque no beben". Encabalgamientos abundantes: he visto / caravanas; piensan / que saben. Paralelismo antitético: donde hay vino /donde no hay vino.

Comentario: Corresponden estos versos a un romance de Antonio Machado, poeta nacido en sevilla en 1875 y muerto en Colliure en 1939.  Cultivo mayoritariamente la métrica popular y entr en la historia de la literatura por ser creador de un estilo novedoso. Machado decía de sí mismo que era un hombre bueno. Su virtud era la filantropía. En este caso contrapone las dos Españas. la de los malos (borrachos y pedantones) con los de la gente sencilla, austera, trabajadora. A pesar del reduccionismo con el que opera, mantiene viva la idea de la sencillez, la idea de hacer poesía a partir de las cosas cotidianas y todo ello con un poema bien construido y trabajado que a nosotros se nos antoja fluido y aparentemente natural.

Comentario de la casada infiel de Lorca


La Casada Infiel
A Lydia Cabrera y a su negrita




Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían
 las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río



Tema: Un encuentro casual y sexual con una mujer gitana en la orilla de un río.
Métrica: se trata de un romance en el que riman los versos impares de manera asonante.
Estructura interna:
El texto formalmente está dividido en tres partes que se corresponden con la circunstancias, el encuentro sexual y la despedida para siempre de un gitano decepcionado con una mujer que lo ha engañado.
Figuras literarias:
Paralelismo: Ella se quitó el vestido./Yo el cinturón con revólver/ Ella sus cuatro corpiños./Ni nardos ni caracolas.
Comparación: como ramos de jacintos, como una pieza de seda, como peces sorprendidos
Metáforas: se apagaron los faroles, potra de nácar, se encendieron los grillos, la mitad llenos de lumbre, las espadas de los lirios, la luz del entendimiento
metáforas surrealistas: un horizonte de perros, luz de plata
Paralelismo antitético:  la mitad llenos de lumbre,/la mitad llenos de frío. Yo me la lleve al río, yo me la llevé del río.
Hipérbole: ni los cristales con luna / relumbran con ese brillo
encabalgamiento:   La regalé un costurero /grande de raso pajizo,
Personificación: pechos dormidos, los árboles han crecido
Hipérbaton: con el aire se batían/ las espadas de los lirios

Comentario:

            Es un poema perteneciente a El Cancionero Gitano, publicado por Federico García Lorca en 1928. Un libro que le dio renombre pero que lo encasilló. Él enseguida renegaría de ese halo de gitanería que lo había envuelto y evolucionaría  a una estética surrealista. A lo largo del libro es patente  el deseo de convertir en héroes  y  en personas nobles a los gitanos. En resumidas cuentas hizo de ellos materia poética y salpicó sus poemas de metáforas audaces. En este caso el yo poético nos relata  el encuentro sexual y  posterior abandono de un gitano con una mujer joven, a la que cree soltera, durante la noche y junto a la orilla de un río. Los elogios del cuerpo y la respuesta sexual de la joven, las metáforas tan acertadas que arriba ya hemos señalado y la conducta comedida y recta del gitano hacen conjuntamente que el poema suponga una novedad estética dentro del panorama poético de su tiempo.

La fórmula del romance para desarrollar la historia va de acuerdo con la corriente neopopularista que adoptaron algunos miembros de la Generación del 27.

Comentario del romance luna, luna



La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye, luna, luna, luna,
que ya siento los caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados
.¡Cómo canta la zumaya,
ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.




Tema :La muerte solitaria de un niño en el taller de un herrero
Estructura externa: aunque formalmente  hay  9 estrofas, en realidad se trata de un romance donde riman los versos pares de manera asonante en estos sonidos: -a, -o.

Estructura interna: Se trata de un poema narrativo y dramatizado (hay diálogo): La presentación llega hasta el verso 12, el diálogo con la luna, hasta el tambor del llano. El desenlace de ahí en adelante hasta el final.
Figuras literarias:


En el tercer verso de la primera estrofa, encontramos la primera figura literaria, que es la reduplicación de la palabra “mira”
                                   El niño la mira, mira
Además, entre los versos tres y cuatro se produce una anáfora mediante la repetición en ambos versos de la palabra “el niño”
                                   El niño la mira, mira.
                                   El niño la está mirando.
Al comenzar la segunda estrofa del romance, aparece el último personaje partícipe de la historia. Se trata del aire, testigo de todo lo que sucede entre la luna y el niño. Luego, en la estrofa número 2, verso 5 se produce una personificación, mostrando al aire como un ser conmovido
                                   En el aire conmovido
En los tres versos posteriores se da a conocer la actitud de la luna durante esa noche, dando a interpretar que es el centro de atención para el niño y todo el entorno que la rodea, pues, la luna se convierte en una especie de “complemento”, contra la que ni siquiera la inocencia de un niño puede luchar. Para describir esta situación Lorca se vale de una personificación en el verso seis, que le da a la luna la capacidad de mover sus brazos
                                   Mueve la luna sus brazos

Además, en el verso cinco y seis, presenta hipérbaton
                                   En el aire conmovido
                                   Mueve la luna sus brazos
Así como de antítesis en el verso número siete
                                   Y enseña, lubrica y pura.
Y una metáfora en el verso número ocho
                                   Sus senos de duro estaño
Hace una alusión a la malicia y el poder que esconde la luna, por medio de un epíteto.
Al comenzar la tercera estrofa, en el verso número nueve se presenta una reduplicación, se repite tres veces la palabra “luna”
                                   Huye luna, luna, luna
Además, en ese mismo verso se presenta una personificación
                                   Huye luna, luna, luna

En la siguiente estrofa, habla de nuevo la luna, segura de sí misma, al contrario que el niño que siempre muestra su inseguridad.
En el verso número trece se encuentra una personificación
                                   Niño déjame que baile
La luna no puede pedir al niño bailar, porque, no puede hablar, ni tampoco hacerlo.
Para hablar de sus planes futuros la luna emplea, además, una metáfora, que se encuentra en los versos 14, 15 y 16
                                   Cuando vengan los gitanos
                                   Te encontrarán sobre el yunque
                                   Con los ojillos cerrados.
Hace referencia de nuevo a la muerte, incrementándole a su vez un sentimiento de tristeza mediante el diminutivo “ojillos”.
La estrofa número cinco comienza, con una reduplicación  en el verso 17
                                   Huye luna, luna, luna
En ese mismo verso se presenta una personificación, ya que, la luna no puede huir.
En los versos 17 y 18, el niño le insiste a la luna que huya sobre la llegada inminente de los gitanos
                                   Huye luna, luna, luna
                                   Que ya siento sus caballos
En esa estrofa, en los versos 19 y 20, la luna le habla al niño
                                   Niño déjame, no pises,
                                   Mi blancor almidonado
Estos versos hacen referencia a la luz de la luna.

En la estrofa 6, en los versos 21  y 22
                                   El jinete se acercaba
                                   Tocando el tambor del llano.
Se puede deducir que trata sobre la muerte del niño, donde el jinete simboliza el presagio de la muerte y el llano es comparado a un tambor al que golpean los cascos del caballo al galopar. Para que Lorca haga esto más emocionante uso una metáfora en los versos 23 y 24
                                   Dentro de la fragua el niño,
                                   Tiene los ojos cerrados

Al comenzar la estrofa 7, se encuentra un hipérbaton en los versos 25 y 26
                                   Por el olivar venían
                                   bronce y sueño, los gitanos.
En el verso 26 se presenta una metáfora
                                   bronce y sueño los gitanos.
En este verso el bronce simboliza su color de piel y el sueño su condición mágica.
En el verso 29, de la estrofa 8, se presenta a la zumaya, el cuál simboliza un mal augurio, es decir, mala suerte.
                                   ¡Como canta la zumaya!
En el verso 31 y 32, se presenta una metáfora, que hace referencia a que el niño está muerto
                                   Por el cielo va la luna
                                   Con el niño de la mano.
En el verso 33 y 34, de la estrofa 9, se presenta un hipérbaton
                                   Dentro de la fragua lloran,
                                   dando gritos, los gitanos.
En el verso 35, se presenta una reduplicación de la palabra “vela”
                                   El aire la vela, vela
También, en el verso 35 y 36, se presenta una anáfora
                                   El aire la vela, vela.
                                   El aire la está velando.

miércoles, 25 de enero de 2017

Páginas web para informarse mejor sobre A. Machado



Páginas web interesantes para  saber de Antonio Machado:


Joan Manuel Serrat cantando "Mi infancia son recuerdos....."
Joan Manuel Serrat cantando: He andado muchos caminos
Diapositivas para comentar sobre su biografía, obra y fotografías de Machado

viernes, 13 de enero de 2017

Comentario de La casada infiel de García Lorca


La Casada Infiel
A Lydia Cabrera y a su negrita




Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían
 las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río



Tema: Un encuentro casual y sexual con una mujer gitana en la orilla de un río.
Métrica: se trata de un romance en el que riman los versos impares de manera asonante.
Estructura interna:
El texto formalmente está dividido en tres partes que se corresponden con la circunstancias, el encuentro sexual y la despedida para siempre de un gitano decepcionado con una mujer que lo ha engañado.
Figuras literarias:
Paralelismo: Ella se quitó el vestido./Yo el cinturón con revólver/ Ella sus cuatro corpiños./Ni nardos ni caracolas.
Comparación: como ramos de jacintos, como una pieza de seda, como peces sorprendidos
Metáforas: se apagaron los faroles, potra de nácar, se encendieron los grillos, la mitad llenos de lumbre, las espadas de los lirios, la luz del entendimiento
metáforas surrealistas: un horizonte de perros, luz de plata
Paralelismo antitético:  la mitad llenos de lumbre,/la mitad llenos de frío. Yo me la lleve al río, yo me la llevé del río.
Hipérbole: ni los cristales con luna / relumbran con ese brillo
encabalgamiento:   La regalé un costurero /grande de raso pajizo,
Personificación: pechos dormidos, los árboles han crecido
Hipérbaton: con el aire se batían/ las espadas de los lirios

Comentario:

            Es un poema perteneciente a El Cancionero Gitano publicado por Federico García Lorca en 1928. Un libro que le dio renombre pero que lo encasilló. Él enseguida renegaría de ese halo de gitanería que lo había envuelto y evolucionaría  a una estética surrealista. A lo largo del libro es patente  el deseo de convertir en héroes  y  en personas nobles a los gitanos. En resumidas cuentas hizo de ellos materia poética y salpicó sus poemas de metáforas audaces. En este caso el yo poético nos relata  el encuentro sexual y  posterior abandono de un gitano con una mujer joven, a la que cree soltera, durante la noche y junto a la orilla de un río. Los elogios del cuerpo y la respuesta sexual de la joven, las metáforas tan acertadas que arriba ya hemos señalado y la conducta comedida y recta del gitano hacen conjuntamente que el poema suponga una novedad estética dentro del panorama poético de su tiempo.

La fórmula del romance para desarrollar la historia va de acuerdo con la corriente neopopularista que adoptaron algunos miembros de la Generación del 27.

lunes, 9 de enero de 2017

Argumento de La casa de Bernarda Alba


La casa de Bernarda Alba
Bernarda Alba, viuda de dos matrimonios, es de un carácter intransigente que no permite la mínima separación de sus órdenes. La acción comienza el día de los funerales por el segundo marido de Bernarda: tras el desfile de las vecinas del pueblo, la madre anuncia a sus hijas que en ocho años que dure el luto no entrará en la casa ni el viento de la calle. 

En las muchachas hay una inquietud especial que viene dada por su estado de solteras y con calor en la sangre, están olvidadas de los mozos del pueblo. Solo la mayor,  Angustias, única hija del primer matrimonio, es rondada por Pepe el Romano, que va tras el dinero dejado por el primer marido de Bernarda que corresponde a Angustias.

El segundo, padre de las otras cuatro, no dejo nada para sus hijas. Pronto se inicia una lucha sorda entre Angustias, Adela y Martirio por el joven, mientras tejen uno ajuares que ninguna está segura de llegar a ponerse. El deseo del varón late en el luto de todas, en su silencio, en sus querellas: “Son mujeres sin hombre, nada más”, como dice Poncia, la criada, que termina descubriendo el amor de Adela por Pepe el Romano.

La criada habla con Bernarda y le insinúa que el Romano acude a otra ventana, además de rondar a Angustias; pero Bernarda no puede concebir que en la casa ocurra algo que ella no sepa. Otra hermana ha sorprendido los amores de Adela; Martirio, que también se ha enamorado del Romano y que amenaza con delatarla. Tres días antes de la pedida oficial de Angustias, el Romano finge marchar del pueblo. 

Esta inquieto, desconocido; su partida solo es una disculpa para que Angustias cierre su ventana. Cae la noche y Adela se entrevista con él en el pajar. Pero Martirio está alerta: se produce el encuentro –lleno de hiel– entre las dos hermanas. Martirio declara que le ama y que ya que Pepe el Romano no será para ella, tampoco Adela se lo ha de llevar. Las voces de ésta entrevista despiertan a Bernarda y las hermanas.

Adela se enfrenta a su madre con la verdad por delante:”Yo soy su mujer. Entérate (a Angustias) tu y vete al corral a decírselo...Ahí fuera esta, respirando como si fuera un león “.Pero Bernarda no se amilana y decidida a vengarse de su hija, de su honra, de la desobediencia, pide la escopeta y dispara contra el Romano. Adela, que cree muerto a su amante, se ahorca.

Bernarda, impertérrita, jura culminar su venganza:”Pepe, tú irás corriendo vivo por el oscuro de las alamedas, pero otro día caerás…Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. A callar. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!”

Y en estas palabras, con la sumisión de las hijas a su voluntad de dejarlas vírgenes para siempre, queda definido su férreo carácter dominador.